ISBN: 978-84-09-19365-3
Lazsco Ediciones
La justicia de la libélula es una novela de género policíaco-negro, donde tienen protagonismo dos mujeres que buscan esclarecer el presunto asesinato de una tercera, amiga desde la infancia. Una idea que me trasladó mi mujer mientras paseábamos por uno de los bosques de las «Guilleríes», pocas semanas después de haber publicado mi primera novela «El Misterio de PI». En ese momento ya estaba preparando la segunda entrega de la saga de Victor Vallant, pero me pareció interesante iniciar una idea nueva, pese a que siempre he pensado que no existen muchas ideas novedosas en el mundo literario, los autores se repiten y esta nueva obra, pese a ser inédita, pudiera ser una más del género. Quizás que sus protagonistas sean dos mujeres que luchan contra el «establisment» masculino que las rodea sea algo poco usual en el género, tampoco puedo afirmarlo rotundamente.
Corre el mes de abril del 2016, cuando escribo la introducción a la novela, algo así como el inicio de la misma, y empiezo a crear la ficha de personajes, elemento primordial para sentar las bases de cualquier novela. Cuatro mujeres participan de una manera u otra en el elenco protagonista y una docena de nombres, con más o menos peso dentro de la trama, configurarán el resto de personajes que darán vida a una historia donde se mezclan política, poder y asesinato.
El «Timeline» de la narración, es otra de las cosas que acostumbro a dejar por escrito, sobre todo cuando la narración implica fechas «reales». Se ha de tener claro cuando nacen los personajes principales y como se desarrolla su vida durante los años posteriores, o en «la línea temporal». Esta novela requería una timeline específico para esa línea temporal, cosa me me llevó un cierto «tiempo», valga la redundancia, elaborar.
El tercer paso que acostumbro a seguir es crear una tabla con las referencias a los capítulos y como se ejecutan dentro de ese timeline. Aquí ya he de tener bastante claro como trancurrirá la trama y es cuando me gusta ponerle título a los capítulos iniciales. Durante el desarrollo de la novela, suelo cambiar y añadir otros, la idea inicial, no siempre se desarrolla como uno espera o «diseña», lo misterioso de escribir novelas es que incluso el autor se sorprende cuando la narración toma las riendas y decide hacer giros inesperados, como si tuviera vida propia. En esta novela ocurrió en varias ocasiones.
La novela se fué perfilando durante los siguientes cuatro meses, coincidiendo en parte con el propio «timeline» de la misma, las fechas de la narración iban parejas con la realidad. Decidí que el final de la novela se desarrolaría en el «futuro», por motivos de la propia trama, lo que me dió un respiro para poder releer lo ya escrito y añadir algún capítulo que haría de «bisagra» o complemento.
Hay varias anécdotas que contaré en otra ocasión y mucho trabajo detrás de esta obra y espero que cuando el lector llegue a la última página pueda exclamar algo así como: «wooow…».
JHL
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